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Archive for the ‘Las llamas del infierno’ Category

Prometido

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Me había vuelto invulnerable por los siguientes 30 años, y eso era lo único que me importaba. «Cuan difícil es a veces,» dije, «recuperar la libertad.» «No te crees nada de todo esto, verdad?» preguntó Ana. «No. Pero tampoco es condición. Qué más da?» «Y será necesario pasar por todo eso para que todo el mundo se de cuenta de lo que se han perdido haciéndonos sufrir tanto?» «Sí. Fíjate. Qué abuso.» «Sabes? Es difícil evaluar las cosas desde este ángulo temporal, y en le fondo lo único que quieres es que una serie de pensamientos engarzados a lógicas a las que puedes adherir tu sentimiento, te garanticen que llegarás a un punto de tu existencia futura sin haber perdido lo que tú eres y dentro de ello, tu inocencia. Si te digo la verdad, estimo que solo nos merecemos enterrarnos teniendo en cuenta lo que ha sucedido y la poca respuesta que hemos sabido darle. No iba yo tan mal encaminada con mis algarrobas. Y en realidad, es lo que haré. Me iré con mi mochila a pasear, pastando ovejas por los campos, con una camisa vieja puesta y el sol de frente. A falta de otros entierros, bien está al menos enterrarse socialmente. Cada céntimo que pasa por tus manos, es un céntimo bañado en sangre, de la que te haces cómplice simplemente cogiéndolo entre tus dedos. Es difícil a veces encontrar el camino que te lleva hacia aquello que estimas ser tu destino. Y si implica hacer saltar por los aires todo lo que te quiera hacer barrera, lo haces saltar por los aires. Acaso a ellos les importa el que desaparezcas tú? No te puedes ni imaginar lo difícil que es lo sencillo. Es bello esforzarse. Al final aparecen mapamundis en dos sitios al mismo tiempo, canciones languidencientes, no sé, coincidencias múltiples que son agradables a la vista. Qué más quieres? Empezar otra vez con los Robert Risch en la guardia?» «No. Es verdad. Lo único que quieres al final es sentirte bien dentro de lo que eres.» «Ves?» «Y toda esa gente del SEDA?» «Se asombrará de constatar cuan eficaces pueden ser los sistemas godos. A lo mejor los integran dentro de sus sociedades para hacer aumentar la cohesión social.» «Y tú qué harás?» «No sé. Pondré una cosa al lado de la otra y me preguntaré lo que hacer con ello. La complicación de todo esto y razón de tanto plan tan complejo es que le estoy chafando los planes a mucha gente y eso me va a caer encima. No quiero ni imaginarme la cantidad de acusaciones falsas que caerán encima de mi cabeza, acusaciones que dentro del sistema judicial actual pueden incluso tener cierta repercusión, por lo que tienes que pegar serios golpes a lo existente para que puedas pretender a hacer prevalecer tu punto de vista y no acabar con un suicidio inducido en alguna prisión germana. No es tan sencillo irse a buscar algarrobas, no. No lo creas ni un segundo. Nuestra señora madre, insigne directora de las Llamas del Infierno, involucrada en el atentado contra Carrero Blanco, adúltera de tres adulterios por lo menos, y una larga lista de cosas más, sale libre porque nadie se cree que una honorable señora casada pueda estar metida en todo eso. Una beduina errante llevándole la contraria a todo el mundo y sabiendo demasiado puede caer en cualquier trampa que se le tienda, aunque no haga nada. No es fácil encontrar tu destino, pero no le veo otra. Yo no me hago cómplice de los crímenes cometidos durante la segunda guerra y no pienso basar mi existencia en la supuesta riqueza adquirida de esos modos. Yo me voy, my dear, me largo, quiero ver horizontes, sentirme libre, incluso indiferente. Y luego, ya veremos. Tendré el botín Gaucher, con las pruebas de sus crímenes, un título de la Sorbona, unos cuantos libros viejos y un ordenador para escribir mis memorias en internet. No creo que tenga mucho más, al final. Habré desenredado al Dr Serrano y dentro de todo tendré la prueba de que ciertas viejas técnicas funcionan muy bien, por lo que incluso se pueden dar clases. A Anastasia, por ejemplo. Qué es un match psicológico? Una magia blanca goda? Un dado Kubrick en su fase mental? La lógica simbólica aplicada? Un cursillo de iniciación goda? El arte de tomarle el pelo a la gente? En fin, siempre se puede sacar provecho de lo que se ha elucidado durante 30 años. Quiero quitarme de encima el sentimiento según el que le debo algo a las garrapatas que se pasan la vida exigiendo cosas sin dar jamás nada a cambio. Caer dando volteretas sobre mi misma como yo misma y no como maquinaria lógica que tenga que mover ingentes masas de realidad para poder sobrevivir nada más. No te puedes ni imaginar la cantidad de enemigos que he conseguido hacerme en tan poco tiempo, ratas de alcantarilla que no harán nada ahora, pero pasarán una vida entera rumiando venganzas. Por lo que me importa, me dirás. Soy libre, Ana. Eso es todo lo que importa. Ah! La más sublime interpretación de lo erótico: la libertad. Casarse con el aire, con el viento, con la tormenta, con el oleaje. Ah! Dejar que la mente vague, que se agarre de algún accidente para entender lo que entienda, levantarte cuando quieras, acostarte cuando te convenga, comer huevos fritos con bacon aunque se diga que sube el colesterol, tomarte un café, fumarte un cigarrillo, ver una película. No sé por que debiéramos querer más. O menos. Supongo que es lo mínimo que se le puede exigir a la existencia.» «Y si te obligan a asumir tus responsabilidades?» «No sé quién pudiera tener tal poder. Los cuatros fans de mis teorías llegarán un poco antes o un poco después a la misma conclusión: nadie te da la libertad si no luchas por ella. Sea donde sea que estés, hagas lo que hagas. Puedo cazar psicópatas también, quedaría muy fashion. No me interesa, mini hermana, no me interesan los ejércitos y no me interesa el poder. Quisiera ver a la gente libre pero la gente lo que quiere hacer es cerrarse los ojos a la evidencia para poder seguir comiendo de la sangre sin tener que preocuparse en exceso de nada. Y desde luego no seré yo quien les garantice semejante perspectiva. Nadie me puede obligar a nada y no sé lo que le debiera a nadie. La historia seguirá su curso de una manera un poco menos matemática o acristalada. Lo crímenes se pagan, Francia caerá, antes o después. Los mongoles vendrán, Rusia se retraerá o no, depende, y en el fondo, dentro de unas líneas de plata dibujadas ya por ángeles más listos que nosotros, se hará la realidad embarrando con la insuficiencia humana líneas tan finas y tan claras. No doy ni una gota del sudor de mi frente para darle continuación a la farsa, pero haré todo lo que esté en mis manos para mantener lo mío y preservar la existencia de aquellos que conmigo se encuentren. Si eso implica que se hunda el sistema económico, que se hunda. Tanto más que al menos hago el esfuerzo de generar la posibilidad de uno nuevo. No sé. Me asomaré a la terraza para ver el río. Me iré a tomar un café. Echaré la vista atrás y me reiré. Quién se lo creyera? Y qué más da, en el fondo. Eso sucederá, seguro. Hasta lo de la canción, ya que quieres. El resto … Quisiera no tener que considerarlo.» «Y si Dagmar Kahn hace todo eso?» «Mejor para ellos. Ya son técnicamente libres. Tienen a su mini emperador para dentro de unos años. Qué más quieren? No les hago falta. Y todo eso porque hay gente que realmente lo quiere, y es factible. Pues que sea.» «Y tus 3 millones?» «Me la sudan, francamente. Me gustaría saber de dónde narices ha salido eso otra vez. Es conveniente a veces dar la impresión de que llevas la corriente porque ves, hasta nuestra señora madre se deja impresionar por las cifras. A mi, francamente, no me dicen nada. No tengo realmente la impresión de haber hecho nada para merecerme eso específicamente. Y por lo que realmente hago, no me paga nadie. Claro que, quién pagase para autodestruirse? Suicidas son, pero no hasta ese punto. No. Sería de esperar que un cambio parcial de la situación permita crear un hueco donde se pueda vivir de lo que haces honestamente sin tener que poner bombas para hacerte un espacio. Espero. Pero ya veremos. Es complicado ser godo, Ana. Una iniciación tiene que conllevar el análisis completo de la situación socio política desde nuestra peculiar perspectiva. Hay que fijar por escrito la metodología para que no se pierda. Eso haré. Y luego … ya veremos. No, es que yo no quiero todo eso. Hay gente muy lista por todas partes. Es divertido pasearse, ver cosas, la nieve que cae en San Petersburgo. Para qué encerrarte entre cuatro muros férreamente guardados por los protocolos? Qué aburrimiento. No es lo mismo. Cuidado! Insigne miembro de la casa imperial alemana suelto por el mundo. O: trompeta! Pobre esclavo del pueblo anuncia su aburrida y protocolaria visita a China para intercambiar 4 palabras aprendidas de memoria con gente que no tiene la más mínima gana de verlo. Me quedo con lo primero, claro. Está bien. Si algún día ese país cambia los colores de la bandera, me diré, fíjate que éxito. Y tendré la impresión de haber escalado el K2, lo que ya en si es bastante meritorio. Acaso no tienes que agarrarte de algo para tener la impresión de haber conseguido algo durante tu existencia? Pues ala. Y si no, la pondré en mi casa y en el fondo, me dejará el mismo sentimiento. Hay algo que simboliza todo el esfuerzo que has hecho durante una existencia. Pues ya está. Es bonita la bandera.»

«Alemania vivirá si llega hasta ahí.» «Tiene alguna posibilidad. Habrá desenredado su enredo, tendrá un par de conceptos claramente definidos, sabrá lo que es un complot contra la soberanía, que es lo que tiene más difícil gestión, y ya. Con eso se aseguran unos cuantos años de supervivencia. A mi me interesa más separar las razas que aprovechar tanto desorden para hacer de guinda sobre el pastel. No creo que la abuela desease otra cosa, al final, tampoco. Si las separas y cada una sirve para algo y se pueden complementar las habilidades, mejor para todo el mundo. Lo que está claro es que se acabó eso de chupar del bote de cuatro patos, por millones. No, pero mira eso. Es que me espanta el verlo, de constatarlo dentro del flujo del pensamiento. A lo que tienes que llegar a los 15 años, Ana, que no tenemos 80, para preservar mínimos equilibrios, mientras los millones de habitantes reposan plácidamente sobre nuestra escachuflada existencia. Vale ya. Qué se pongan a pensar un poco, y ya. No podremos disfrutar un poco la existencia nosotros también, digo yo. Pobre abuela. Un monumento debieran haberle puesto. Pero claro, quién apreciase tan maravillosa visión del mundo. Ya veré lo que hago después. La cuestión consiste en llegar nada más. Todo lo demás, ah, para qué pensarlo ahora. Hasta los enamoramientos habrá que replanteárselos. Ya tengo algo qué hacer. Uuf. Es que casi me muero por el camino. Qué sufridos somos, dios, lo que te digo, un premio nos merecemos. O sea que nada, tú a lo tuyo. Colócate bien en tu lugar y cuando llegue el día no se te olvide sentirte aludida. Hay gente mucho menos aventurera que yo. Solo sueño con estepas, Ana, vastas y extensas estepas que no se acaban nunca. O sea que nada, a cada cual su destino y ya veremos como se atan los cabos después. Como tendré tiempo, podré sacar las conclusiones después, según vayan surgiendo las cosas.»

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Resistencia

«La vida no es nada más que un cúmulo de sobresaltos,» le dije a Ana. «Si supieras los nefastos nubarrones que estaban atravesando mi mente… y fíjate que pasa, cuando menos te lo esperas.» «Ya se sentía, hija mía, ya se sentía. Que estábamos todos aterrados de tan pesado silencio. Bueno. Unos detalles. Dagmar dice que como el problema mayor de alta traición sale de los bancos, que tomen los bancos también y los nacionalicen de un plumazo.» «Sí.» «Y que los medios de comunicación privados no hacen falta, solo las dos nacionales de la TV.» «Sí.» «Cuanta gente tendrá el cuerpo de élite del IDID?» «Unos 200.000 hombres.» «Que son mujeres, también.» «Sí.» «Con los de reserva.» «Sí.» «A quién más tenemos?» «A la Abwehr (resistencia).» «Eso es ya mucha gente.» «Sí.» «Pero me puedes explicar dónde está el problema? Porque tenemos a tres cuartos de la población.» «Pues simplemente en que todo nuestro apoyo no quiere respetar los tratados escritos y se mantienen en tradiciones orales. Los otros pocos se nos suben siempre encima porque aparecn con sus plumitas y sus sellitos y se agencian el acuerdo internacional.» «Ah. Nos estábamos sumergiendo en los desiertos del Sahara con un par de camellos.» «Más o menos.» «Ah. Y tú quieres subirnos de rango.» «Equiparar los rangos.» «Dibuja el esquema.» «Tenemos una gota de agua. El título de la abuela se mantiene aun estando casada, dentro de un cuerpo de nobleza no ilegítimo y con un gobierno ilegítimo, y es lo único legítimo que queda, ya que después de la guerra, encierran a la nobleza por ley en una tienda de campaña, más o menos. Al quedarse la abuela fuera de la ley sálica, permite fundar una nobleza femenina, que se apoya en ese momento específico. Como yo soy quien funda la nobleza femenina, soy yo la cabeza imperial, lo que coincide con lo que tenemos dentro de nuestro campo de tradición oral. Por otro lado, tengo el título legítimo del comandante en jefe. En tanto que comandante en jefe, delego sobre Dagmar Kahn y preparamos una seguridad por si acaso algunos intentan aprovecharse del hueco. Hundimos a las Llamas, DID, y demás, y plantamos el Frauenadel en algún lado. Sin causar oposición al gobierno, pero con francas ganas de que se legitime lo tradicional, lo oral, lo particular. No nos hacen ni caso. Invalidamos el gobierno con prueba de acuerdo ilegítimo con Francia después de la guerra y formamos el gobierno en el exilio. Y vamos viendo. Los planes tienen ramas. Digamos que la gente no quiere saber nada de nuestro tertulio. Pasamos a Rusia, y plan por ahi. Digamos que hay cierta respuesta. Van surgiendo las cosas de la memoria y mientras los unos preparan las cosas por un lado, yo sigo por el otro. Si Dagmar Kahn tiene de qué formar gobierno transitorio, saldrá su nombre, sino, nada. Y se hacen dos polos. Por un lado, el estado, germano, y por el otro, el polo soberano, godo. El uno se ocupa de la estructuración del país, las leyes y demás, zonas habitables y agrarias, y el otro de las poblaciones nómadas, tribales, bajo el alto auspicio godo, con los bosques, las aguas y los campos. El primero se queda con un ejército más bien masculino, el otro pone sus hordas bárbaras más bien femeninas y si yo respeto las leyes, entonces ellos tienen que respetar lo que se acuerde dentro de la zona soberana. Y no cambias nada más. Puedes tener dos sistemas de derecho paralelos, de tal suerte de que lo que es acuerdo privado entre personas, matrimonios, hijos, tratados particulares, pase al Frauenadel, y lo que se somete a ley más la contratación laboral y financiera se quede en el primer campo. El estado sigue igual de democrático que antes, con sus partidos y sus historias aunque intentando aumentar la formación legal de los diputados y otras pequeñas mejoras, y el soberano se queda sentado por ahí poniendo cara de mucha felicidad. La idea es que se mantenga aunque sea un resguardo de lo oral, como con contratos nupciales, gestión de la familia, etc. para que luego no haya disputas. Y ya. Los impuestos se dividen en dos, una mitad para un lado y la otra para el otro, y se van gestionando los problemas según van surgiendo.» «Y Neu Schwanstein es nuestro.» «Debería. Nos lo habremos merecido, además. Y un 3% de la imposición que mejor alimenta a algún cocinero que las arcas del Vaticano. Y ya.» «Y guardas al IDID como guardia imperial.» «No. Se puede separar un cuerpo reducido de guardia. Qué haces con 200.000 hombres? Tienes a la gente aterrorizada para el resto de la existencia de la nación. Claro, que mal no les vendría. Necesitas un cuerpo que pueda poner fin a algún desmán posible imperial también.» «Y si se te suben a la coronilla?» «Responde la guardia. Lo mezquino no tiene ni inteligencia ni estrategia. Lo legítimo debe tener la convicción de que siempre hay modo de guardar el control cuando se guarda dentro de la legitimidad.» «Te sobran hombres, aun.» «Haces una guardia civil que haga las veces de la policía.» «Estás bastante hasta la narices de la policía.» «Mis razones tengo.» «Y los curas?» «Tachón. Se prohibe la iglesia católica y la protestante por aliar con aquella, por complotar contra la nación.» «Y nos quedamos sin navidades?» «La iglesia no es la religión. No. Mantienes la religión dentro del ámbito de la costumbre y pasa a ser responsabilidad del Frauenadel. No veo por qué tengo que estar alimentando a Italia con el esfuerzo de las gentes, para que luego les metan un sapo detrás de otro en la boca. Se acabó, el cuento. Si quieres ganarte la vida, trabajas. Y si quieres iluminar a las gentes con tus inspiraciones, te llevas un permiso del Frauenadel con el contenido exacto de la sabiduría en cuestión y ya.» «Confiscas la propiedad de iglesia.» «Evidentemente. Pertenece al pueblo.» «Pueden servir para poner las sucursales del Frauenadel.» «Es una idea. Tienen jardincillos muy bonitos.» «Disminuirán rápidamente las altas traiciones. Qué hace el IDID después?» «Las inspecciones internas.» «Se quedará la Abwehr con el IDID.» «Creo que se lo merece.» «Y mientras tanto qué hacen esas esforzadas damas sin la más remota idea de lo que es un tratado?» «Que se replieguen. Los DID van a intentar acaparar los medios de comunicación, las universidades, la ciencia, la alta tecnología y el comercio multinacional.» «No queda mucho.» «El campo, los agricultores, los pescadores, los artesanos, el comercio pequeño y mediano, los colegios de pueblo, los músicos callejeros, las poblaciones marginales, los hooligans, los bares y baretos, los okupa y los punk, los obreros, en fin, todo.» «Pues sí, las masas.» «Ponlo así.» «Es que los de la Abwehr son asi un poco comunistas revolucionarios.» «Así andamos todos.» «Y no les molesta semejante puesta en escena de los imperios ancestrales.» «Al contrario. Les garantiza el respaldo.» «Y a ti no te molesta tanta revolución comunista?» «A mi, qué más me da? Mientra no molestes al vecino. Si fue idea suya, toda la parafernalia del imperio de la abuela y todo eso, para poder garantizar sus derechos de una vez por todas.» «Sí, claro. El entusiasmo de la embajada y esas cosas. Sí, es concluyente. Y cómo vas a agarrar a Dagmar, porque estos germanos, es que les pones una zanahoria delante y salen corriendo otra vez. Y otra zanahoria, y para el otro lado, y luego otra, y empiezan a dar vueltas. Lo dice ella, qué conste, que yo no insisto sobre las diferencias raciales porque ya somos todos iguales …»

«Dagmar es muy inteligente, pero como dices, el germano tiene poca consistencia en el tiempo. Pregúntale si quiere meterse en un programa godo.» «Es que dice que si.» «Pues dile que meta su nombre en un sobrecito, así, mientras está pensando dos minutos antes de dormirse, y se figure que me da el sobre con su nombre dentro.» «Y?» «Se le olvidará. O sea que tendrá que ir a buscarlo. Para encontrarlo tendrá que resolver un enigma detrás de otro. Ahora había que hacerse con la Goldblaue. Después con el IDID. Después con el SEDA. Después tiene que mandar a la recluta y después tiene que inspeccionar las páginas y tener su estación de radio lista. Y un día verá su nombre en internet y dirá: ah, esta soy yo.» «Eso es una magia goda?» «Sí. Una muy vieja. Tiene su gracia.» «Es como una magia negra.» «Sí y no. Las negras son un poco más mezquinas. Eso es una versión light.» «Puedes hacer eso para convertir a alguien en un asesino.» «Sí. Y entonces es negra. Pero puedes hacer hijos también así. Mandas un tontiluncio a algún lado que hace lo que le dices exactamente.» «La hipótesis francesa.» «Sí.» «»Ya he visto que es posible.» «Y por qué Dagmar?» «Porque es muy lista. Además habla germano, hija mía, lujo que tras tanto siglos yo no me puedo permitir. Si te digo francamente que sigo sin entenderlos? Pero ella los entiende muy bien. O sea que hacemos un puente para que sepa como funcionamos nosotros y ella apaña a sus poblaciones a su manera.»

«Lo que más teme es que al final llegue su padre y diga que ‘él, representante del comandante en jefe …’ y bla bla.» «El comandante en jefe retoma sus atribuciones en el momento que más le conviene. Aparecerá en la parte final de algún capítulo.» «Lo que tú quieres es evitar que te echen el muerto de lo que está pasando a ti, al final, claro.» «Seré tonta.» «Todo no es nada más que un sutil equilibrio. Ellos te aceptan porque así escurren el bulto si pasa algo, tú te incrustas para alcanzar un puesto clave y determinar un funcionamiento que te convenga y cuando menos se lo esperen: a la jaula.» «Más o menos. Me aburren la desfachatez y la estupidez.» «Y cuales son las directivas para la Abwehr?» «Tienen que conseguir animar al pueblo. Con tanto juego de ping pong ya no sabe donde dar de cabeza. O sea que algo como profunda introspección concentrándose todo el mundo en los asuntos de su casa, de su familia, de su novia o mujer o hijos, de lo que le gusta hacer, de cómo hacerlo y un algo que dice que dentro de 30 años saldrá todo a la luz, punto por punto. Hasta los camellos.» «Hasta los camellos, sí.» «Claro. Mira que quedarnos en la tradición oral. Habrá que conseguirse alguna firma en algún lado. No, si eso yo lo entiendo. Lógicamente. Sino cada cual termina por tergiversar las cosas como le convienen y fíjate el desastre.» «Es una evidencia.» «Y nada más.» «No. Que cada cual haga las cosas como las entienda. Lo de generar un modelo soberano es como construir una dirección, no un estado de hecho. Es como si dices, si haces esto, fíjate lo que le puedes hacer a Dagmar Kahn. Y algunos pensarán que es interesante y otros, no, y cada cual a su bola.» «Dice que seguro que le da un resfriado ese día y se pierde el día histórico.» «Que se compre un par de aspirinas, por si acaso.» «Y si alguien no quiere a un soberano?» «Puede que a mi tampoco me guste.» «Es decir?» «Que aunque haya 18 palurdos que a mi no me gusten, no los voy a quitar de en medio porque no me gusten. Si ellos quieren que se los respete, tendrán que respetar las cosas como son, también. Nadie obliga a nadie a ir a un desfile de algarrobas. Aunque se debiera …» «Y si dicen que un 3% es mucho?» «Haber protestado cuando se lo llevaba la Iglesia. Y nosotros por lo menos en algo contribuimos al bienestar general.»

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Dagmar Kahn

Había encontrado culpable de complot contra la soberanía a todo el estado mayor. Complot que se confirmaría 30 años más tarde. Unica razón justificando una alianza con el extranjero condenando a su propia muerte a un pueblo entero. Me volví a echar para atrás, y me quedé mirando mi taza de café. «Es inverosimil lo poco que hace falta para ser feliz,» me dije. Lo sentí: un ligero vagabundear de la mente no sujeta a obligaciones, un despistado concentrarse en alguna cuestión de interés intelectual, lo bello etéreo de un concepto llamado erótico, y el aire que soplaba ligeramente, casi como despegándose del cielo. «Las cosas las hacemos para nosotros mismos,» seguí pensando, «como mucho le quitaré a Rusia el último asomo de una posible mala conciencia viendo cómo están las cosas. Yo solo quiero eso: un espacio donde se pueda pensar lo erótico, cosa que es imposible dentro de la situación actual. Hay que hacer las cosas dentro de la convicción de que un mejor para ti, puede constituirse en un mejor para otros también. No, yo no quiero nada, Anastasia, solo eso. Quiero reirme al final. Ha ha ha. Y luego, acaso no es eso? El modo por el que terminas por insertarte dentro de la sociedad construye el camino hacia gentes que se dedican a cosas que son de tu interés también. Solo quiero esto. La sutil ligereza indiferente e irónica del pensamiento. Y eso lo conseguiré con una margarita volando por los aires. Recordando esto. El final. Ah. Menos mal que conseguimos quitarnos a los petardos de encima.»

Ana vino casi corriendo aquel día. La ironía se estaba rápidamente convirtiendo en cinismo y había canciones muy emblemáticas del hecho según el que las bolas se habían convertido en ceniza repartida por el espacio. «News,» dijo, casi sin aliento. «Aunque no sé muy bien cómo interpretarlo. Tú me dirás. Pero yo te lo cuento porque todo esto me parece muy emocionante.» «Dime.» «Pues mira, el otro día fui a casa de Dagmar. Y le estuve contando mucha ausencia con mucha mentira ya, y unas burlas escondidas, y sí, claro, hay que someterse al estado y no sé cuantas cosas más. Y una cantidad de margaritas, y unos amores, y unos besos de un tiernos y de repente, risa y carcajada y es que no me tenía, claro, con tanta hipocresía. Y bien. Yo seguía y seguía riéndome, que parecía casi que sucumbía a una crisis nerviosa, y le dije, ‘bueno, me voy’. Me levanto tranquilamente, recuperándome a duras penas de las carcajadas, que me volvían, pero de manera más disimulada, y me acompaña hasta la puerta, y me dice, escucha, ‘hasta la muerte’. Y yo que seguía ensimismada, le digo, ‘sí, claro, buenas noches, buenas noches’. Sí. Pues imagínate que luego empecé a darle vueltas al asunto y me pregunté por qué me diría eso? Tú crees que sea significativo?» Y se me quedó mirando como si hubiésemos llegado a la luna.

Achiné ligeramente mis ojos godos, pero más ligeramente que cuando un nubarrón de mala uva cruzaba mi frente. «Hm.» Dije. «Hm.» «Ay, hija mía, déjate de hm y hm, y dime, que estoy sobre ascuas, porque me recorrió un placer casi sadomasoquista la espina dorsal mientas pensaba en ello y me decía, bravo, Dagmar, bravo, y ni siquiera sabía por qué.» «Pues … Supongamos que nos hemos topado con un sincero traidor.» «Sí, eeeso es. Eso me daba por pensar. Algo así. Y nosotros dialogamos con traidores honestos? No serán como los terroristas, quiero decir.» «Tal y como están las cosas, apenas ya se sabe quién es el terrorista aqui. Pero bueno. No. Quiero decir, sí. Un traidor honesto no es nada más que alguien que cumple con su deber. Pero sería traidor para otros. Vaya con la Dagmar. Buen pescado tienes en el anzuelo.» «Sí, hija mía. Es que tú te has buscado a la Cornelia von Berczely y te digo una cosa, no solo me daba una mortal envidia sino que estoy segura de que los austriacos son más honestos que esta pandilla de ratas podridas. Te pondrán un monumento, al final, en Viena. Ya verás. Pues me dije, yo tambien necesito una aleación sólida porque con tanto bla bla por todas partes, aparte de gastar saliva, y de tantear los terrenos para saberlo todo, al final, claro, no tenemos dónde agarrarnos. Y de puro rebote en puro rebote y yo sin fiarme ya de nadie, me sale Dagmar con su ‘hasta la muerte’. Qué es eso? No será el saludo del DID?» «No. Es el saludo de los fieles del imperio.» «Ah. Ah. Pues entonces, sí. Vaya con el pescado. Eso casi es un tiburón, claro.»

Me la quedé mirando. Una sonrisa irónica recorrió mi rostro. «Eso es una infiltración muy buena.» «Pues fíjate que luego me dice que por favor, por favor, que le demos algo que hacer, que ella se muere con todos los bolas esos, que es verdad que están ahí con sus amenazas subrepticias y que ella se suicida. Y su madre también, por cierto.» «Si?» «Sí.» «Muy bien.» «Y? La ponemos con un fusil a guardar la frontera?» «No. Se hace un poco larga. No. A ver como está el tertulio legal. Soy comandante en jefe de los ejércitos legítimo, con evidencia según la que me enfrento a un complot del estado mayor. Muy bien. Harro Kohn tiene bajo su responsabilidad el IDID, la coordinación técnica del SEDA y los dos grupúsculos de los puticlubes y la secta de los fantasmas en potencia, dos sutiles trampas, de nuevo. Dirty game? (Juego sucio?) Dirty game. Ampliemos las facultades del IDID para que se constituya en cuerpo de élite de investigación en asuntos de alta traición, lo que incluye al ejército, claro, y hasta el Estado Mayor, no se van a quedar ahí má anchos que largos rascándose las bolas. Sacaremos un cuerpo entrenado de la Goldblaue, que también está bajo la responsabilidad de Harro Kohn  – un poco mucho, no? – para que forme pelotones de fusilamiento y un cuerpo de intervención dentro del ámbito civil. Y eso bajo las órdenes directas del comandante en jefe. Se ha vuelto lo bastante hipócrita tu amiga, o todavía se mantiene en la inocencia germana del decir las cosas tal y cual te pasan por la cabeza?» «Pues no. Se ha vuelto de un hipócrita también… Fíjate que el otro día le dijo a su padre que se habían caídos los informes al suelo y fue, como hija bien educada, a recogerlos, y vio los nombres de una cantidad de armas super special, más super güays. Y espera. Le dijo su padre que esas armas estaban prohibidas.» «Ah… Ah. Hm.» «Es una super técnica la tuya, sabes. Vas ahí con la justificación de lo bien que lo hace todo el mundo, y plum, confesión a bocajarro. Pues desde entonces la Dagmar está que trina, y puercos y cerdos, y el peligro porque los aliados si se enteran y que nos van a caer todos encima otra vez, y todo eso. Y hasta se quedó mirando la puerta hacia el salón y se levantó y les hizo un corte de mangas a todos. Bien os importa la vida de otros, imbéciles, dijo. Y se quedó más ancha que larga. Y eso sirve para algo?» «Oh, seguro. El derecho militar es distinto del derecho civil. Pongamos una claúsula según la que independientemente del tiempo que pase, son susceptibles de juicio marcial todos aquellos habiendo puesto en peligro la seguridad nacional, del modo que sea. Poner en peligro la seguridad nacional equivale a alta traición.» «Y cómo vas a conseguir que se firmen todas esas claúsulas?» «Oh, con la hipocresía de Dagmar. La Bundesrepublik firma si piensa que eso se gira contra el ejército. El estado mayor firma si piensa que se gira contra el DID. Que le de a su padre la estrategia. Que diga que hay que controlar el ejército para que firme la Bundesrepublik y él piense que lo puede girar contra el DID.» «Vaya. Pues sí. Eso. Y después? Es que nos estamos pasando de listas, las dos. Nos está escuchando, sabes? Ha dado tantas muestras de fidelidad hacia la Bundesrepublik esa que la han puesto a controlarnos a las dos. Y ahí está, con los cascos puestos. Te lo digo para que estés segura de que no voy a tergiversar las palabras cuando llegue el momento.» «Muy bien. Pues entonces que prosiga. Esta se meterá en el ejército, verdad?» «Sí. Ya tiene no sé cuantos rangos juveniles, se llaman ahora. Y si tienes de esos, luego vas más deprisa con los otros.» «Muy bien. Entonces que se quede con la Goldblaue. Que suba en rangos y se quede con el control. Ya sabes, que ponga a su padre a hacer todo el esquema de organización, que es muy bueno para eso, y luego le diga que eso de unos zarapastrosos con zapatillas agujereadas no es lo suyo y que lo más lujo de los lujos son los dos grupúsculos esos tan chic y ultra fashion. Causa una cisión contigo al cabo de cierto tiempo, para disimular, claro, y luego infiltra ligeramente con sus soldados los dos grupos. O sea que cuando empiecen las voces esas de la bad reputation y demás, todo el mundo de pie y credencial del ejército. Sí, señores, aqui se ha constatado que ciertos encopetados vienen a visitar lugares de mala reputación, y la lista de nombres, y que de hecho, hay 7 miembros del DID persiguiendo fantasmas, lo que termina por ser extremadamente sospechoso.» «Yo quiero meterme en lo de los fantasmas.» «Ya estás apuntada, hija mía.» «Ah. Vaya. Qué rápidez en la lectura del pensamiento. Y?» «Prosigamos con lo que ha surgido por el camino. La Goldblaue se divide en dos secciones distintas, de mujeres y de hombres. El grupo de mujeres tiene suboficiales masculinos muy determinados. Es gente que no le pone sobrentendidos a la voz. Así, unos sencillos de ‘pone aqui …’ y nada más. Los dos grupos se dividen en los que no hacen la diferencia entre un hombre y una mujer y los que se miran las fotos con cierto detalle. Los segundos forman los cuerpos de élite. Que piense en dos cosas. Puede que no se pueda evitar la guerra y que lo mejor sea no masacrar a las poblaciones. Que forme un cuerpo de caballeros. Si hay que evacuar a la población civil que se apunte a nuestro tertulio, que lo hagan en rangos que no levanten sospechas.» «Y a dónde van? A Francia?» «No. A Rusia.» «Pero si son los enemigos.» «Los enemigos de los puercos, no de la gente. Se colocan por ahí en algún lugar fronterizo y a recoger patatas en algún campo abandonado. En, fin, eso se puede arreglar detalladamente en su momento. Solo una guardia a caballo puede hacer la diferencia entre poblaciones huyendo en pánico, que rechazarán, posibles infiltrados y gente que simplemente no está de acuerdo con lo que está pasando. Y ala, que se pongan una mochila encima de los hombros o de una bicicleta y andando. En el peor de los casos. En el mejor, tendrán que tomar el control de la situación dentro del país para evitar que haya una reacción violenta hacia Rusia y dejarlos pasar hacia Francia con los voluntarios de la defensa de la France.» «Y Polonia?» «Polonia es un castillo de naipes. Soplas y se cae. No creo que en exceso les preocupe semejante pasillo fronterizo.» «Y no temes una guerra civil si te pones al estado mayor de frente?» «Ya está de frente. No. Francamente. Esa gente es asi muy bravucona cuando están entre ellos y que si nosotros y nuestros musculitos, pero fíjate las torres aliadas que hay por todas partes. Inglaterra, Rusia, EEUU. En cuanto sientan cierta frialdad en los gestos de algunos, empezarán a temblar y entonces se acordarán de los rangos y las jerarquías. Se me quedarán mirando, claro. Y yo tendré de qué acordarme en ese momento. Pero se puede evitar aun más la tensión si se infiltra el estado mayor con gente nuestra. Es relativamente fácil. Entre todas las preguntas que se les hacen a esa pobre gente, se puede incluir alguna sobre su reacción afectiva en algunas ocasiones peliagudas. So conseguimos a dos que estimen que ciertos lazos formales se justifican en caso de extrema necesidad, tenemos a dos hombres nuestros en el estado mayor. Si además tenemos el control del IDID dentro de las mismas circunstancias, no se moverán, porque la Goldblaue debiera ser muy eficaz en el tiro.» «Y ya. Es decir, el rumor y la teoría de que la gente de los lazos formales es la más apta para ser general y todas esas cosas, special receipt de Rusia que nos acabamos de inventar, y metemos a unos cuantos.» «Eso es.» «Y cuantas posibilidades hay de que nos hagamos con el control del país?» «Un 50%?» «Más …» «Hm … Pero eso implicaría golpes muy certeros al DID mientras tanto.» «Qué podemos conseguir dentro del ejército?» «La Panzerdivision. La artillería. La marina. Los marineros son muy sentimentales.» «Y la aviación? Es que si se ponen a caer en picado como unos idiotas, yo renuncio de mi rol.» «No. La aviación se compone de los chulitos con sus bolas que piensan que porque van más arriba que los otros, son más listos también. Si supieses la manía que los tienen los otros cuerpos. Se ve en las películas. Unas burlas y unas risas y unas caras de tontos. No hay nada más que ver a un marino que se encuentra con algún estirado de la aviación. Una cara de seriedad con una cantidad de cejas haciendo de cola de ratón. No, está bien tu rol. Suban y bajen, señores, a ver quién puede más. La aviación es pura decoración. Qué pueden. Ala, cayeron un par de bombas y todo el mundo se larga a tiempo. Daños ficticios, de impresión psicológica nada más. Ni sujetan fronteras, ni toman posiciones.» «Y la Marina?» «Suele servir para garantizar los posibles caminos de revitallamiento. Es más interesante la Marina que la aviación. Además la aviación es un derroche en este momento bastante innecesario.» «Salvo en la estrategia rusa.» «Sí. Pero nuestros aviones no están diseñados para eso. Están diseñados para batallas aéreas. No sirven para limpiar áreas.» «La aviación no puede con nosotros.» «En ningún caso y menos en caso de guerra civil. Corren el riesgo de eliminar a lo poco que les quede de apoyo dentro de la población.» «Si acabas con las Llamas del infierno, pierden todo su apoyo, sobre todo si tenemos un sistema financiero paralelo.» «Sí. Es verdad. No me preocupa eso, Ana. Me preocupa la palurda indiferencia de la población. Les dices a la derecha, se van a la derecha, como borregos. Les dices a la izquierda, se van a la izquierda. No se enteran de nada, hija mía. De nada. Con lo que tenemos del ejército garantizamos una victoria rápida pero, la queremos? Y que empiecen los inteligentes de la inteligencia que si la opresión y la falta de libertad, y la imposición brutal y todas esas mamarrachadas? Porque cuando asesinan a niños, les da lo mismo, mientras ellos puedan exponer sus maravillosas ideas en algún estrado. Pero basta con que se impongan un par uniformes para salvar una situación in extremis, y ya empezamos otra vez.» «Y qué tienen ellos?» «Los medios de comunicación.» «Y qué se puede hacer con eso?» «Pues levantar a la población tergiversando los hechos.» «Hm. Y nosotros no podemos hacernos con los medios de comunicación?» «Hm. Se puede hacer una estación de radio, independiente. Y luego el rumor y la teoría, claro. Y aqui hay news más interesantes y puntos de vista menos prolíficos.» «Y alguna canción de tu Protopsalti.» «Si, claro, no faltase. Pirateada. Lógicamente. Limosna para los boy scouts alemanes.»

«Bien. Pongamos cada cosa en su sitio.» «Qué va a contar en el informe Dagmar?» «Que te estaba preguntando lo que era una idea de casquero y tardó mucho porque no se enteraba de nada y pensaba que había alguna alta traición contenida implícitamente en el mensaje.» «Está bien eso.» «Bueno, el plan.» «Pues vamos a hacer una cosa. Yo iré muy volada dentro de 30 años. Mi idea fundamental es que una infiltración en el extranjero sirve para eliminar a elementos nacionales enemigos propios, y a reforzar posiciones nacionales extranjeras. Me han servido el pastel en bandeja. En Francia, ataque sobre Nicolas y Rosenkrantz y sobre la torre, porque fue mi idea y no me pagaron los derechos intelectuales correspondientes. En Grecia, Porsiak y apoyo a los griegos en su lucha contra el Pangeo. Y luego, Ecuador. Encuentro el lazo hacia Bauer, se hunde Iguazu, y con un poco de suerte, los ecuatorianos acaban con el colegio de Guayaquil, que debe ser el centro de operaciones puente hacia Alemania para toda Sudamérica. Pero estaré un poco mareada, sobre todo si las cosas se agravan del otro lado, lo que sucederá probablemente y terminan por encerrarme en algún sitio para echarle la culpa a Rusia después. De que me encontraron en un estado deplorable y tuvieron que arreglar el desaguisado que acaban de ocasionar aquellos, y aun y con eso, fíjate la desgracia, solo sirvo para enseñar alemán en el Kinder y esas cosas. Si la cosa funciona y realmente Dagmar encuentra apoyo dentro de la población, que haga que una alemana joven, como de unos veinte años, se cruce conmigo en algún momento y me de el nombre de un programa de internet de esos, para que se establezca el contacto. Eso activará los dispositivos de memoria. Y poco a poco pondré todo en internet y veremos si al final la población está más de acuerdo con los unos que con los otros.» «Si no lo está, a caballo.» «Sí. Von den blauen Bergen kommen wir, und wir reiten unsere Pferde und wir … no me acuerdo de más (venimos de las montañas azules, y montamos nuestros caballos y …).» «Wir reiten um die Erde. (Cabalgamos alrededor del mundo).» «Sí, eso.» «Y tú escribes en español para que no se cosque nadie, – es bonita esa palabra -, y la estación de radio, traduce y traduce.» «Es una idea.» «Hasta que lleguen los albaricoques y se ponga todo el mundo a reir.» «Sí. Claro. Hay que reirse un poco también, para ajustar las ópticas.» «Y si te molesta alguien, alegamos persecución política.» «Sí. No sé si nos harán mucho caso, pero bueno. Nos quedaremos con la palabra, que también queda muy bien.» «En una palabra: Abwehr (resistencia). Hasta la muerte.» «Hasta la muerte.»

«Qué más hace falta?» «Tenemos que asegurarnos el apoyo de Rusia y de los EEUU.» «Y cómo haremos eso?» «Pues tendrá que llegar la carta aunque tarde dos meses.» «Y cómo sabrás lo que significa? Porque supongo que no dirán, estimada Fräulein von muchos Speth y Strülzeburg, estamos listos para la guerra. Queda así como muy escandaloso.» «Sí. No, pondrán el sello imperial en la carta.» «Y eso qué significa?» «Que se han metido en la hipótesis del binomio y están fritos de la Bundesrepublik.» «Ah. Sí, claro. Qué evidente. Y los EEUU?» «Será de algún modo. Yo creo que habrá que echarles una mano con algún problema mayor.» «Iguazu. Que debe controlar el tráfico de cocaina y de diamantes.» «Es una idea.» «No?» «No sé. Es posible. Y a los diamantes, cómo llegas? Porque pase la cocaina, pero no es mucha vuelta lo de los diamantes? Al fin y al cabo están en Sudáfrica.» «Pues a lo mejor me confundo.» «O no. Es posible. Lo pensaré. Quizá tengas razón. Daré una vuelta por Bogotá a ver qué encuentro.» «La cocaina.» «Sí. Pero lo interesante son los diamantes. Puede implicar tráfico de armas. Y eso … ya veremos.» «Y no se meterán en nuestros asuntos si los ayudamos.» «Es lo más posible. Es que hay que animarlos para que salga la profecía de Cornelia. Imagínate que con tanta hipocresía al final nadie se entera ya de nada, y se quedan dormidos españoles e ingleses. Tendrán que venir los americanos del oeste y Jordania del sur. Hay que pensar en todo.» «Ah. Magnífico. Sí. Eso es. Los hacemos papilla a los frenchies, pase lo que pase.» «Eso es una evidencia.»

«Oye, sabes que Dagmar dice que si sale lo del mapamundi ese en las páginas tuya y de la popstar, – es que eso de la Protopsalti es muy complicado, entenderá, supongo -, se considerará un milagro y ganamos seguro?» «Encontrarán el milagro donde menos está, aunque esté, pero bueno, no les podremos jamás quitar lo de poner las cosas donde no están.» «Y por qué?» «Pues porque casualmente puede que haya yo visto su página y me diga, pues qué bien, y me inspire el motivo, o vice versa, y una inspiración el uno del otro, tampoco es tan milagrosa.» «Pero es que será casual, como dos champiñones independientes, lo he visto en tus ojos. Y lo de la canción y todo eso. Y se verá que los inconscientes trabajan juntos, y cojerán fuerzas porque se sienten todos de un solos y abandonados en el vacío del universo.» «Sí, pero que sea casual es muy difícil de probar. Claro que lo de la canción … sí. Imagínate que sale cantando un languidecer por una prueba empírica del languidecer justo en tan críticos momentos, con guitarra incluida y voz casi, sí, casi enamorada. Pero aun y con eso tendría Dagmar que apuntarse todo el motivo en un papel en sobre sellado y con fecha de 2010, a abrir cuando aparezca lo de las canciones. Y ah! Miracle. Eso es más convincente. Y si quiere aprender lo que es un contacto godo, que deje lo de encontrarse conmigo a la casualidad, también.» «No te encontrará nunca. Si no es goda.» «Sabes? La mayoría de los problemas emerjen de que estamos celosos de cosas a las que los otros no dan importancia. Sale un godo corriendo y toma aterrizaje justo en el meollo del asunto y se dice, uy, qué lío, dónde me he metido otra vez, y un sufrir y una desesperación, mientras los otros se quedan mirando muertos de envidia y claro, nosotros otra vez, con ciruelas para el postre y nada más. Eso se aprende, poco a poco. Es que no nos damos cuenta porque para nosotros es un martirio. Y languideciendo por una vida tranquila con un cerezo y la comida lista a mediodía y los niños en el parque, y nada, mira eso, el otro, metido ahí en Atenas con cola de Alejandría en medio del infierno. ‘No habrá paz en este mundo,’ se dice. O sea que podemos hacer un intercambio.» «Y cómo se hace eso?» «Pues, no sé. Vamos a hacer un ensayo a la salsa germana. Pasan treinta años. Tienes un par de reclutas jóvenes y les dices que se estudien a tan misterioso personaje. Con un poco de información. Unas fotos, unos textos, la voz. Y luego tiene que salir de viaje por sudamérica un poco libremente, como quien cambia de plan según pasan las semanas. Y lo cambia teniendo en mente la idea que se ha hecho del personaje en cuestión. Me encontrará.» «Seguro.» Sí.» «La has encontrado? – pregunta virtual para dentro de 30 años.» «Sí. En el Cafecito de Cuenca.» «Y cómo la reconociste?» «Porque tenía caramelos.» «Cuantas has encontrado de la Goldblaue?» «Dos. Aquella y una un poco mayor, residiendo en Australia.» «Sus nombres?» «Top secret. Eso dijiste.» «Y ellos ahora qué hacen?» «Pues concebir un apacible panorama con unos cerezos en algún sitios.» «Bueno. Pero para más tarde. Es que ahora queda lo del golpe de estado.» «Y eso?» «Sí. Es que las mujeres tenemos así muchas ideas y proyectos pero luego al final , cuando llega el momento clave, se queda todo el mundo esperando y llega algún huevos y se queda con todo el pastel, pegando un golpe encima de la mesa. Y Dagmar dice que hasta todos sus mini huevos de la Goldblaue, – se está aprendiendo lo de no quedarte mirando la bragueta cada vez que pasa un demostrativo de esos y a considerar ciertas entidades biológicas como provistas de cierto pensamiento también, – estarán de acuerdo por que hagamos nosotras algo también por una vez en nuestra existencia.»

«Hm.» «Sí. Lo llama golpe de estado pero puede que sea otra cosa.» «Es un golpe militar mix y unisex, técnicamente.» «Y eso?» «Pues es una entidad que paraliza al mismo tiempo al ejército, o sea que no hay golpe militar en si, y al gobierno, lo que es un golpe de estado a través de una entidad haciendo puente entre las dos instancias.» «Bueno. Y cómo se hace eso?» «Pues no es tan difícil, con tanto ejercicio sobre los melones, o las sandías. Si analizo bien el asunto, tiene que salir una división a la calle, ese día. Un poco bien vestida, con su banderita al hombro y esas cosas, que signifique que ‘señores, algo pasa, pero no se preocupen, que todo está bajo control’. Tienen que tomar dos puntos estratégicos: el Bundestag y la sede del estado mayor. Se plantan en la puerta y reclaman alta traición, con todos sus documentos en su sitio. ‘Ustedes perdonen, por aqui, los unos y los otros.'» «Se creará un vacío.» «Sí.» «Y?» «Los estados tienen un piloto automático. En realidad lo que carga con el peso del estado son las administraciones. Que se dejan en su sitio. Si el Bundestag no promulga más leyes, tampoco pasará nada, vistas las tonterías que se les ocurren. Cierras las universidades durante 6 meses. Todo el mundo a casa. Imponen un toque de queda leve.» «Qué es un toque de queda?» «Que todo el mundo se tiene que ir a su casa a tal hora y que está prohibido reunirse en grupos sulfurados. Normalmente se pasa a código judicial militar, pero lo puedes dejar en lo anterior y dejar el código judicial civil. Asi disminuye el potencial de protesta. Tienes que paralizar a la policía, porque es la que está metida en el fomento de grupos paramilitares y lo mismo, el DID y todo el rollo. O sea que en fila, a análisis detallado. Como el IDID es puente, no hace falta intervención militar propiamente dicha. Ya que hemos formado un cuerpo de élite de la Goldblaue que depende del IDID. No tenemos gobierno.» «El Frauenadel. En transición.» «Es posible. Pero cómo se cuela? Porque admitamos que yo pongo el Frauenadel en algún sitio, con mucho conejo hipócrita para que no haya mucho movimiento y se acepte por lo tácito. Formo un gobierno en el exilio, yo conmigo misma. Necesitas a un representante del gobierno en Alemania con un grupo de gente que coja la extensión del gobierno.» «Yo sé.» «Ah sí?» «Sí. El IDID estudia casos de alta traición en todos los ámbitos ministeriales. O sea que tienen que conocerse todas las leyes. Cuando tú pongas ‘Dagmar Kahn’ en tu página, sale aquella de representante con su gobierno constituido.» «Hm. Al mismo tiempo que la Goldblaue? Entonces tiene que tomar algún medio de comunicación, o todos.» «Claro. Señores y señoras, se acabó el chiste. Ala, toque de queda, que estamos en riesgo de guerra con Rusia a causa de todos estos charlatanes.» «Sí… Pero tiene que avisar al extranjero.» «A quién?» «A los aliados mayores. EEUU e Inglaterra, y luego a Rusia.» «Por lo de las condiciones de la posguerra.» «Sí.» «Y qué, les escribe una carta con un sello imperial?» «No. Los llama por teléfono. ‘Perdonen ustedes la agitación pero es asunto interno y ya se transmitirán las news.’ Tiene que especificar el orden. Toda esta gente, aqui presente, toma el mando del ejército en nombre de su comandante en jefe y el control del país de modo transitorio en nombre de la Casa Imperial hasta que se haya restaurado la situación, durante unos meses sin alterar la situación política por el momento y las transacciones en curso, salvo si surje alguna protesta.» «Hm … Le gusta.» «No es de extrañar.» «Lo conseguirá?» «Seguro. Es buena gente.»

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«Tin amiliti bradia

sto amilito nero

Pote tha dipsasis pia

Na mou peis to s’agapao

Mia zoi edo mprosta

Mia zoi sou eksigo

Na sou klepso prospatho

Mia leksi, s’agapao

Pes to tora me to stoma

Esto me to blema sou

Ma thelo na to do

Pare kai allo ena lepto

Pare kai alli mia zoi

Pare t’ apiro na deis

Gia na peis to s’agapao

Tin amiliti bradia

Tin amiliti stigmi

Ipies pali tora esu

kai ego pali s’agapao

Pes to tora me to stoma

Esto me to blema sou

Ma thelo na to do

‘’

Dunata, siopila fanera, mistika

Pesto to opos mporeis

Ma pes s’agapo,

‘’’’

Ma pes s’agapo, telika»

«LLegará la hora de la profunda introspección para saber qué es lo que falta dentro de nuestra contemplación de las cosas,» le dije a Ana con cara de mucha resignación. «Yo tengo la impresión de que tú le harás un corte de mangas a todo el mundo, pero eso es solo una pequeña sospecha colateral, y te quedarás escuchando las canciones de la Protopsaltis, porque dentro de todo, tienen más miga para la reflexión que todas las burdas simplezas que se oyen por todas partes.» «Quedan por elucidar las esferas del lenguaje que permiten justificar un interés específico por alguien. Y supongo que al final, por un lado o por el otro, llegaremos a la misma conclusión.» «Me traducirás la canción de los gordos y los flacos?» «De los fuertes y los débiles, es decir, de la voz alta y lo silencioso? Sí. Claro. A dónde vamos a llegar. Mira: 

«La tarde sin palabras, En las aguas sin palabras, Dime que me quieres, Toda una vida ahí delante, Una vida te explico, Que intento robarte, Una palabra, te quiero, Dilo ahora con la boca, Aunque sea con la mirada, Pero quiero verlo, Toma otro minuto, Toma otra vida, Toma lo infinito para ver, Para decir te quiero. La tarde sin palabras, El momento sin palabras, Has vuelto a beber tú ahora, Y aunque sea yo te quiero, Dilo ahora con la boca, Aunque sea con la mirada, Pero quiero verlo, A gritos, en silencio, hacia fuera, en secreto, Dilo como puedas, pero di te quiero, … di te quiero, finalmente.»»

«Sin diccionario.» «Evidentemente.» «Tú estás haciendo un golpe de estado social en compañía de alguien que no se entera de nada. Eso es aprovecharse de las circunstancias.» Me reí. «Supongo que cada cual sabe sacar su provecho de las cosas. Pero sí, es verdad.» «O sea que le has dicho cuantos años tienes.» «Sí.» «Y entonces?» «Entonces … Aun cuando no negarás que nuestra magnífica elucidación se merece un premio Nobel aunque sea de la Paz de Bolivia, corremos el riesgo, dentro de 30 años, de que aparezcan los güevien haciendo múltiples reclamaciones y poniendo las exigencias encima de la mesa. No basta con que lo hagas tú sola, los saques de los lugares más inverosímiles, les salves la vida, la realidad moral, al final, son ellos los que han hecho todo porque dentro de todo, no se han movido de la silla de su oficina lo que les permite preparar la importancia de lo que han hecho ellos, con ellos mismos, claro. Y tú, de nuevo, eres el débil punto flojo detrás del que han tenido que estar corriendo durante años, sin encontrarte, claro, para indicarme suavemente todo lo que había que hacer. La evolución histórica, por mucha mejora lógica que introduzcamos, favorece ese tipo de comportamiento. El soberano es un payaso con sombrero de colores y todos los demás están ahí para hacer las cosas importantes, la seguridad, la inteligencia, hasta los protocolos. No. Es obvio, que hasta el cocinero es básicamente más inteligente que tú porque no sabes hacer la diferencia entre la pimienta verde y a negra. Cuando tú sabes algo, es porque te lo han contado sapientísimos profesores. Cuando te sale algo, es porque un magnífico estratega se esconde detrás de tus espaldas, quien, además, te permite apropiarte de su trabajo porque es así de generoso. Si aprendes a hacer una tortilla a la francesa, es porque alguien ha pasado tres días explicándote cómo se hace un cosa tan sencilla. Suelen ser ellos y ellos. Ah, espera, estaban ellos también. Cada dedito que mueven cuesta miles porque en tan insignes lugares las cosas se hacen muy difíciles y al mismo tiempo, lo que tú haces debe ser gratuito porque se lo debes, a ellos. En el fondo tu libertad de acción es nula: hasta tu eventual fortuna se la reparten entre ellos, de modos más o menos equitativos. Tanto para el cocinero, tanto para el ama de llaves, tanto para la empresa de seguridad, tanto para el chofer, tanto para la guardia. Te quedan dos centavos, pero es obvio que el cocinero sabe mucho mejor que tú que conviene ese paté de hígado y no aquel, por lo que hasta esa decisión recae sobre otras inteligencias. Lo que no ve nadie es eso: insuficiencia en la seguridad, tienes la víbora en casa. Insuficiencia en la evaluación, el payaso del hermano no sirve para nada. Insuficiencia en el control del profesorado: te han metido todo el DID como insignes lumbreras hablando latín. Etc. El uno tropieza, el otro se abalanza, el otro se dispara, aun otro habla demasiado, y un quinto pierde la orientación. Al final acaban todos en los Conventos de Santa Teresa y tienes que sacarlos delicadamente de esos lugares. Tú no has hecho nada, claro, mientras tanto. Solo repites lecciones de memoria que nadie sabe de donde vienen, pero tampoco le interesa a nadie específicamente. Bajémosle los humos a la gente. Sí, hijo mío, tres marcas de té son aun memorizables hasta para un mongol de origen, hacer la diferencia entre un espárrago y una alcachofa aun cabe en su mente, la seguridad empieza por el control interno, el discernimiento de los conceptos, la definición dentro de un marco de interpretación determinado, soy yo quien tiene el marco. Conclusión. Yo lo hice todo. Sola. Lo que tú me haces a mi, puede que sea tentador hacértelo a ti también. Lo que implica un duelo implícito, una burla socarrona subterránea, una ácida ironía perceptible vagamente dentro de lo que digo, cosa de la que por el momento no se dan cuenta, porque basta con hacer preguntas para obtener una respuesta conveniente que se puede lucir en alguna conversación. Pero llegará a la conciencia, con el tiempo, saldrá. Y entonces, ofensa, cabreo y mal humor. Nos estaban tomando el pelo, esas dos, es una evidencia. Vaya descubrimiento. Al final, harán uso de todas las estrategias habituales para subirse encima de tu coronilla, que si te dicen que no eras tú, que si no tienes un duro, que si nadie se acuerda de nada. Al final, al final mismo, resulta mucho más agradable un alguien inexistente que se pasa la vida admirando todo lo que han hecho. Sí. Tiene un sentido leal del reconocimiento de la autoridad. El problema es que la autoridad soy yo y yo no veo por ningún sitio ningún sentido leal de la autoridad que sea. Al final, Ana, es una evidencia que prefieren atribuirle todo a sus huevos porque es más cómodo, que hacerle un hueco a otra cosa en su pensamiento. Hay que pensar en todo. Yo, desde luego, a parte de hundirme de la risa con sus huevos, no puedo por falta de evidencia, reconocerle nada a nadie. Están poniendo mi vida en peligro porque les ha salido el romanticismo a todos y claro, dentro del mismo pensamiento, sí claro, la abuela dijo que fuese yo, pero yo no tengo huevos, o sea que pongamos a su padre ahí, y sigamos con el cuento. La autoridad que deriva de la falta de respeto de las claúsulas me puede costar la vida a mi porque nadie respeta nada en el fondo. Y qué. Me voy a pasar la vida así? Porque pones unos huevos en algún sitio y entonces es el uno corriendo por un lado y el otro por otro, pero basta con que seas tú para que lleguen las insinuaciones de que tales huevos han dicho eso y aquellos, lo otro, y tienes que pasarte la vida en una pelea interna que no acaba nunca. Su autoridad son un par de huevos, hija mía, y como precisamente esa autoridad sería la última que yo reconciese, va la cosa para guerra que no se acaba nunca. Me dirás que llegan los mongoles en caso de que se me suba la mostaza a las narices, y para allá vamos, pero aun eso no resuelve el problema. De qué modo se puede conseguir que hasta los hombres se sometan a la autoridad de una voz, que sea femenina o masculina, porque las voces no tienen huevos sobre todo cuando se tienen en razón? Porque mira a la señora que se hace pasar por nuestra señora madre … Si se permite semejantes lujos es porque dice, bah, mujeres, y está ahí con su idolito de barro en fango, que si el nene por aqui y el nene por allá. Y francamente, mira el panorama. El colegio entero a punto de salir en amok, una sección del estado mayor en riesgo de que los fusilen por alta traición, el señor padre a punto de acabar en una mazmorra para siempre, etc. Y qué? Digo, ‘por aqui’, y tengo que estar esperando a ver si el huevitos de al lado están de acuerdo o no? Pues no. Ellos siempre tienen mucho que opinar cuando está una mujer al mando, que cuando es un hombre, salen todos corriendo como si les diesen cuerda. Para ver dónde acaban, además. Hay algo que francamente no permitiré pase lo que pase. Yo no veo por qué el hecho de percibir ráfagas del pasado que me permiten entender lo que pasa al otro lado del mundo fuese una habilidad muy inferior a la de coger un teléfono o un avión y repetir exactamente lo que he dicho yo, porque yo no tengo el número de teléfono del super contacto en cuestión. Supongamos que yo asumo una herencia que precisa de una solución para que yo misma pueda dormir tranquila por las noches. Me lo debo a mi misma, a mi raza. Y punto. Esta es a solución, señores, les gusta, bien, no les gusta, también y si creyendo que poniéndose la bolas por sombrero van a llegar mucho más lejos, y se rompen las narices, allá ustedes. Y bye. Yo, a mi vida, que hay muchas cosas muy interesantes que hacer. He dicho que no. Que el bolas ese no se me acerca a 10 km de distancia. Lo vuelvo a decir? Pues no pienso. Me largo y adiós muy buenas. Es un aviso y se acaba el tertulio. No, es que no le he pedido su opinión a nadie. Pienso que la coherencia de mi comportamiento, su eficacia en cuanto a los resultados y la extrema claridad del enfoque me dan ciertas prerrogativas innegablemente. Yo no tengo ninguna obligación con nadie más que conmigo misma. No se hacen las cosas dentro del orden establecido, me largo. Y ya. Pero claro, las cosas están hechas. Aqui una división, aqui un orden, aqui una estructura, ahí una máquina bien engrasada. Toda Alemania va a vivir de mi durante 30 años porque no solo los rusos están hasta las pelotas de las inspiraciones casuales sujetos a cierto romanticismo bárbaro. Toda Alemania depende de unas muy débiles y finas líneas que le dan la posibilidad de cierta cohesión a la inexistencia y al absurdo. Puede incluso que ello se refuerce de dentro. Pero sí. Claro. Hasta ahí me llegase la tontería. Eso vale si yo vuelvo y si alguien se acuerda de algo. Porque es evidente. Mira, las poyitas francesas, temblando, y ay, que cómo una mujer y no es que no puede ser, y ay y ay, y empujan para que yo no aparezca por ningún lado porque les va el pescuezo en ello. Y como son tontos, se dicen, nosotros ahora las super estrellas con nuestras divisiones y nuestros tanques que no se sabe ya muy bien de dónde han salido, y los héroes a la defensa de Francia y sus habituales imbecilidades. Pues bien. Esa canción hará de Alemania un trapo.» «Cambia la cohesión interna del orden.» «Sí. Y ya no funciona nada. Si ellos prefieren escuchar la voz francesa antes que la mía, es que Francia es soberano suyo. No yo. Yo no compito. Es eso lo que queréis? Muy bien. Silba, silba a través de las estepas. Los oyes? Los ves? la mirada ciega y la lanza atravesando el pecho. Y no habrá nada en Alemania. Liquedificadas las rodillas, temblando el corazón, la mente obnubilada y sin respuestas. Ah. Qué pena. Pues eso, lo que decíamos. Mi deber hasta cierto punto y se acabó. Nada, ahi está la heroica defensa de Francia y sus puticlubes, y que te conviertas tú en pasto para los nómadas, me la suda, asi francamente. No podrás jamás con Rusia, querido, jamás. Y esta vez pasarán la apisonadora sin pensárselo dos veces. Para los caviares y las clases de piano, las bolas. Cuando las cosas se ponen a arder, nos acordamos de repente de que ay, había alguien por ahí… Hm. Ah sí, es verdad, yo también me acuerdo de algo y toma corte de mangas. Dirán que claro ellos pensaban que si era un bolas, aquel. Eso digo yo, que qué división haces con gentes que no saben aun hacer la diferencia entre una mujer y un hombre. Ha ha ha. Y eso, tendrá poca relevancia durante 30 años. Escucha las canciones de la Protopsalti de ese periodo. Los tonos de voz un tanto metálicos como apoyando la necesidad de darle más relevancia a las palabras y su significado. Esos son los tonos que tienen ahora y mantiene la cohesión del ejército. Pero dentro de esas palabras hay otro tono que se volverá perceptible solo entonces, en 30 años exactamente, que le quitará todo el sentido a las palabras más sencillas, como una levadura que tarda tiempo en verse y ese día: Oh, vaya, los rusos se han cabreado. Vaya. Qué pena. Sabes cual será su estrategia?» «No.» Una triple ofensiva de tanques cuyo avance es asegurado por la aérea, seguidos de masas y masas de mongoles y chinos. Puedes con eso? Cuando le tiembla la mano a la artillería porque puede que estén sus huevecillos en peligro. Ha ha ha. Harán tabula rasa de Alemania, pasarán a Francia y seguirán por España e Italia. Mira que se la suda, lo que se encuentre delante. No hay modo de hacerle oposición a Rusia, no hay, es asi de simple. O te rindes a la evidencia y pasas la bola a Francia porque es ahí donde está el cotarro, y bien, o te hacen papilla en tres meses y bien también, porque menudo ridículo. No, es que pensábamos … nuestras bolas, eh, que no desmerezcan. No me toques las bolas, ya. Nosotras salvaremos a Francia. Uy, qué héroes. Si le quieres chupar el coño a la France, no esperes además que me sacrifique yo también. No te jode. A tomar por saco, y ala, a disfrutar de la vida.» «Y es eso lo que va a pasar?» «Hm. Mira eso. Tengo el proyecto de mi existencia aqui en su sobrecito y sabes cuanta respuesta encuentro de parte de esas gentes? Ninguna. Quiero decir, ni un segundo. Yo digo algo, pero cada cual tiene sus planes y sus ideas, claro, y hay que tratar bien a todo el mundo, empezando por la señora Checa, y el hermanito, y todo lo demás también, y claro y aquello y lo otro, sabes dónde estoy al final?» «No.» «Pidiéndole doscientos dólares a la Lubinski para poder comprarme una chuleta. Hay insubordinación fundamental al soberano sin que nadie quiera cambiar el curso de la historia ni aun viendo que empiezan a acumularse en exceso las coincidencias. No, es que … Muy bien, pues ahora con vuestra inteligencia que vale tanto mientras que la mía es gratuita, a ver cómo os las componéis.» «Y eso con una sola canción.» «Sí. Con una sola canción. Yo haré lo que he dicho porque le limpio el campo a Rusia, no porque tenga la más mínima esperanza de que llegue un poco de luz que pase al cerebro bañado en bolas de esa gente. He. Es que … he he.» «Es una alianza esencial la que tienes con Rusia.» «Y con China. Ha, qué risa. Ha y ha y ha.»

«Explícame lo de la canción.» «Es simple. Ves las líneas que cruzan el Mediterráneo? Es lo que único que queda en líneas bajas, y son un accidente formal. El sentido de las cosas se apoya en las líneas bajas, por lo que todo lo que se entiende se entenderá dentro de esas líneas formales. No? Bueno. Pues imagínate que a alguien, de repente, viendo una foto, se pone a reir y dice, fíjate qué divertido. Cuantos años tienes? Pues sí que es divertido, finalmente. Qué habíamos dicho, como si? Ah sí, como si sí que puedo hacerlo. A ver. Démosle vueltas en jeroglífico fisiológico: es una evidencia. La realidad amorosa no puede ser sino la relación contenida en una palabra conllevando su sentido. En ese mismo momento, cambia la naturaleza de las líneas bajas. Todo el sentido apoyado sobre la forma se altera, se cambia, dentro de un tono de voz irónico y sardónico que dice además, ‘como si’, ah sí, era ‘como si’, sin consistencia nada más que esa. Sí, es divertido finalmente. ‘Cuantos años tienes?’ ’15. Y tú?’ ‘Yo, yo me he cambiado la edad.’ ‘Pues no se te olvide que eso de tener que elucidar lo erótico con un vejestorio … Mejor terminas por reducirte a tu edad natural. Por seguir con la diversión, quiero decir.»

«Es muy romántica esa canción,» suspiró Ana. «Pero si no está escrita todavía.» «No, se nota. Un profundo languidecer por una confirmación empírica de tanto languidecer secreto. Es una evidencia. No, yo también me meto en esa hipótesis. Ah, qué guapo mi cuñado, porque le tocará asumir su rol, también, claro, qué decidido, claro y contundente. Snif. Sí, parece un poco marica de vez en cuando, pero no, qué viril presencia tan determinada y definida. Hm. Y más suspiros y más margaritas. Mira que saber resolver el problema de tan finas maneras y sin tanto aspaviento y chasquido de gatillo. Yo no le pongo bigote porque no te gustan, pero se lo merece, se lo merece. Qué guapo, el muchacho, no, pero que guapo. Hay que alentar a los miembros de la familia en misiones imposibles. Nada, asumido. Señor Protopsalti. Vaya usted a rescatar a mi pobrecilla hermana para que salga de su problema de identificación sexual inducida por todos estos burros, animales, idiotas, imbéciles que todavía no saben hacer la diferencias entre un hombre y una mujer. Sí. Es lo mejor de todo. Nada de apoyarse en algún bolas para resolver los peliagudos asuntos finales. No, si es que es obvio. Sois dos en un vaivén alternativo, como una corriente alterna, a llevar el peso de Europa entera, una con una necrosis de los fibrilos, testigo de un crimen atroz y trauma subsiguiente, drama existencial de robo de niños y ubicación desubicada, y la otra, no te digo, dentro de una profecía acristalada con una conjugación de maricón bailando dentro de las llamas del infierno como una cabra como entorno familiar. O sea, una tragedia que precisaría de miles de psicólogos si se tratase de algún bolas de esos. Y nada, las dos heroicas de la mano, haciendo frente tenaz con una voz solo a la hecatombe general. Muy bien, muy bien. Y hasta los aplausos. Cómo era? Un rumor con otro rumor, y nada a llenar las salas de concierto, esos griegos. Bravo, bravo. Yuppi. Ah. Qué satisfacción. Sí, es bonita esa canción. Hm y hm y hm. Con una guitarra de fondo y así, un poco tiempos contemporáneos sin dolor de cabeza. Uuy. Se murieron todos. Uyy. Son los daños colaterales de los progresos de la ciencia. Vaya, qué pena. Nada, otra margarita por los aires y ya. Snif. Yo voy a verla, a esa mujer. De lejos, con un pañuelo en el fondo de la sala, saludos, saluditos, querido cuñado, claro, ya es que con tanto camuflaje parece hasta una mujer, pero nada, nada, tú sigue, amor mío, cariño mío, suspiro de mi alma. Victoria para las hordas bárbaras! Harra. Fíjate. Depender de tan poca cosa una victoria. Claro que no es tan poca cosa, pero por el caso que se le hace, normalmente. Sí. Ahora ya me lo creo todo. Uuf. Es que algo no me colaba, no. Porque para mi que esos asentimientos de que sí, de que claro, la Anastasia debiera ir por lo del análisis psicológico y todo eso sin sospechar ni un segundo todas las bárbaras costumbres que se pueden esconder detrás de ciertos análisis detallados de las circunstancias, que son buena excusa, claro, y luego un masaje para el relax, y luego, claro, sale una camisa volando por los aires y luego pregunta alguien, qué pasó, y se oye, ‘prácticas del análisis’, y esas cosas. Pero nooo, los otros la cogieron al vuelo y claro, diremos que perdió la cabeza por culpa de una misión solicitada por lo rusos y claro, qué pena, snif y snif. Hm. Se les ve la cara de chuleta pero que de muy lejos. Y ya, se abalanzan dentro de la consecuencia de su propio pensamiento, y claro, por si acaso, y pongamos la poyita del Arnito, y en bandeja de plata, y Berlín, y el champaña, y las clases de baile y la operación de la nariz porque es muy fea, y una novia porque no sabe búscarsela solo, y hm … la total, hija mía, la total. Se lo merecen. Psst. Te digo, pero no se lo cuentes a nadie. A veces, cuando no tengo en qué pensar, me lo imagino con cara de Napoleón y el brazo detrás de la espalda, con un sable en la mano y alzado el otro, diciéndole al espejo ‘tropas! Vamos a acabar con Rusia’. Y las tropas salen corriendo y se les olvida que aquel es un psicópata según ellos mismos que no tiene rango de general ni legitimidad de soberano. Eso es un germano, señor Protopsalti, se lo digo para que sepa bien en qué aguas se ha metido metiéndose en tan caótico matrimonio, sí. Lo haces tú todo bien, leyes, legitimidad, orden. Y hops. Un pensamiento que sale espontáneamente de su propia interpretación de las cosas y salen todos corriendo. Sí. Es absolutamente increible lo que hemos podido aguantar durante tantos siglos. Snif y snif sobre mi propia persona. No, yo me voy con la Natasha, porque eso sí que es cohesión consecuente del pensamiento, y con mi adorado Protopsalti del brazo por la calle, y diga lo que diga ya cualquiera, claro, porque no vas tomar en serio la opinión de semejante gente, claro. No. Es que solo te ríes y tiras margaritas al aire, y más margaritas. Y unos celos que le van a dar al otro. Hm. No, pero es que es eso. Le dices tú que le estoy poniendo los cuernos y se lo cree, sí señores, se lo cree y se divorcia, además con cara de prueba contundente. Pues que se joda. Y no, realmente quieren determinar el curso de la sociedad. No. O sea, no. Aqui, mi hijo, que no sé cómo saldrá, pero no, o sea eso, no, a la escuela rusa desde su nacimiento, claro, seguro que me apoya en mi decisión. No puedo. O sea, no. Y se lo cree, señores y señoras, esto es el sumum. Ah, mi querido Protopsalti, sí, hazme el favor de poner cara de serio varón que se precie porque asi no llegamos a ninguna parte, a ninguna. Oye, una suerte, tú. Finalmente, claro, porque había que encontrarle la voz al muchacho, con mucha presión subterránea y amenazas y como sis y demás. Pero nada, yo a disfrutar que es que me siento de un segura con semejante pensamiento. Si te digo la verdad, lo más deprimente de todo es creer que terminas en tu casa, con tu hijito, rodeada de buitres merodeando, pensando qué sacan de la próxima rifa y esas cosas. Nada, yo me esconde aqui detrás de mis super héroes porque seguro que no hay rifas y puedes pensar en tomarte un helado tranquilamente y unos paseillos y una sardinas en el puerto, una tranquilidad, hija mía, una tranquilidad… Y un corte de mangas y más cortes de mangas. Ah … Cambiará el mundo, cambiará. No, es que no te cuento nada, pero la palurda esa, últimamente se pasa arrastrando el pantalón por el borde de la mesa, para que se vea bien que hay algo ahí. Vaya novedad, oye. No se los cortas, digo, a ver si le sale aunque sea un pensamiento espontáneo, equivocado, fusilado por los rusos, lo que sea, pero eso … Por dios. Como para concebir un futuro. Ah, no. O sea, no. Yo me quedo esperando la hecatombe porque ya no queda otra. Menos mal que me voy a quedar en mi cuadrante de cristal durante 30 años porque están las cosas como para afrontar la realidad tal cual. Oye. Y la carta rusa?» «Ya llegó. Hace unos días.» «Ah. Menos mal. Ah. Qué felicidad. Tú no te inventes mis palabras que me pones en precaria situación de alta traición. Bueno, invéntate algo, por la represión inconsciente de los marineros del puerto. Alguien tiene que darles voz para que no cunda el pánico, claro. Hm. Qué generosa soy, al final. Otra margarita. Sí. Yo me pido algo. Cuando todo se ponga por fin en su sitio, los asuntos de familia al Frauenadel y nada de rifas y ventas y alquileres. Y si alguien intenta cometer semejante crimen, al paredón. Por si acaso. Ah. Se abren unos horizontes, unas protecciones, unos resguardos, unos suspiros al borde del mar … Ah. Quién viese llegar el día. Es que parece que nos han metido en mallas de metal, claro. Ni una protesta, no sea que aparezcan las lamparillas rojas dentro del fondo del inconsciente. Y nada, como soldados en formación marcial. HAY que hacer hijos. HAY que limpiarle los calcetines al SEÑOR, HAY que pasar al ejercicio 3475 de la lista. Hay que ay, al final. Nada. Yo, mis sueños y a esperar mirando por la ventana … Un chino … Un ruso … Un tártaro … Un mongol … Un tzarakatzano de esos … Y más snif y snif. Con mis snif se hará una voz el Protopsalti ese, que vamos, ni la Callas. Tomará fuerzas de mi desesperación, claro. Se dirá, bueno, ese soldadillo es un petardo que no me dice nada, pero bueno, esta pobre, finalmente, qué culpa tendrá, y nada, imagínemos que realmente, realmente se puede querer a alguien en algún sitio, aunque sea mentira, ya. Y plum. Se cayó todo el ejército alemán en un pozo, de puro gozo femenino, claro. Muy perverso lo tuyo, muy, muy perverso querida hermana mía, eso va a precisar de un kama sutra muy, pero que muy especial. Toma, navajazo trapero y delante de sus narices y con su permiso, sí, con su permiso. Anda. Que no son nada más que una pandilla de puercos. Como los rusos son muy duros, verdad, y uno de ellos se ha perdido por ahí, saldrás tú a cuatro patas, arrastrándote como un gusano, pidiendo perdón a las bolas por haber pretendido a tanto y ellos, gracias a dios, ya habían pensado en la solución alternativa. Que pasan 30 años en organizar mientras tú sola, claro. Pandilla de puercos. No les escupes a la cara. Viva Mongolia! Para tomárselos en serio. Y toma estrategia para quitártelos de encima. Porque te pondrían, sí, ya que está. Y luego cada cual haría lo que le da la gana. Se ve, de lejos. Y tú ahí, a decir, güi Mösiö, y demás. Razón tienes. Oye, no, es que la defensa parece super güays. Y yo sé, lo sé porque lo he visto que ese día, el día clave de la solución alternativa, se oirá como por detrás de las altas montañas de los Andes, unas risas, unos jolgorios indígenas, unas burlas escondidas detrás de la mano, para disimular, claro, y ah, si todavía quedaba alguien por ahí que sí, tiene legítimamente el derecho de aliar con Rusia y China. Uuy. Qué despiste. Sí. Bueno, di algo que estoy aqui hablando sola de pura emoción.»

«Nada, nada, tu sigue.» «Qué significa eso de idea de casquero. Es que Dagmar no lo encuentra en ningún sitio.» «Hm. Sin mucho fundamento, un poco loca, desprovista de razón. Una idea peregrina y pasajera.» «Ah. El ejército alemán. El te dicen algo y te vas corriendo en dirección contraria. Sabes qué? Yo reinstauraría lo de las patadas en los huevos para poner a cierta gente en su sitio. Pero claro. El daño colateral, después. Ah. Y hay puticlubes para maricones en potencia?» «Se pueden inventar.» «La señorita bolitas güays, por aqui, la señorita huevitos de avellana, por allá, y en tanga, uuy, qué guapísimas, todas. Unas plumitas de avestruz, unos bolsitos, unso pasos de baile en tacones, unos pechos afeitados no sea que terminen por pretender a algo, y ala, un tono subido en mi santa casa, al the puticlubien de al lado por orden judicial del Frauenadel. No te fastidia. Ah, y HAY que llegar puntual, HAY que decir que la comida está buena, HAY que darle las gracias a la SEÑORA de la casa, y demás. Ya vale, que esto parece el campo de concentración de la Mengele esa. Señor Protopsalti, no se ofenderá porque la llamo así, quiero decir que es una gordísima ofensa, claro, pero en el sentido de un potencial mejor infinitamente mejor, yo le enciendo la velita todos los días esperando que llegue por fin el día de la liberación. Ah. Vacaciones en Grecia. Inmensa felicidad. La canción, la canción, deprisa que ya no aguanto más, venga, deprisa. Y ya, llegó el día. Carcajada final con lágrimas en los ojos. Pensará que estoy loca perdida pero da igual. Yo a lo mío y a esperar la literatura. Ala, au revoir l’Allemagne. Tschüss. So wie du mir so ich auch dir. (Como tú a mi, yo a ti también.) Bueno. Espera que quedan un par de preguntas más.»

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