Ayer Barack Obama fue investido como presidente de los Estados Unidos y tomaba fin nuestra guerra al mismo tiempo, como si, yendo de par, aun significase algo.
Lo de Obama es complicado, incluso muy complicado, pues las implicaciones precisan de cuidadoso análisis en un aparte, quizá, si nos alcanzan las neuronas ya en si bastante agotadas por tanto misil volando por todas partes.
En todo caso, algo va cambiando muy fundamentalmente, y eso no hay que perderlo de vista. Por el momento solo nos quedamos con un par de elementos del discurso, que suelen marcar los mandatos al definir el principio del mismo, su multitudinaria recepción aun a gélidas temperaturas polares, y el hecho de que su mujer llevase un vestido diseñado por una … cubana, lo cual es altamente significativo también.
Todo en su momento.
Llegó pues al cabo de un momento lo que parece ser el colofón de ‘nuestra’ guerra, que se dijo como ‘una retirada unilateral de las tropas de parte de Israel, que dejaba empero unos cuantos tanques para evitar el rearmamento de Hamas.’
Eso suele significar un punto final con alguno suspensivo detrás en términos militares.
Ya me sospechaba yo que eso del alto al fuego no parecía emerger de excesivo acuerdo. Pero, por qué se retiraban, casi se dijese, como corriendo, y sin más? Quieran o no quieran, los militares necesitan subrayar un éxito, una victoria, de algún modo, sea exagerando la realización de algún objetivo para justificar tanto esfuerzo y no desmoralizar a las tropas. Y no dijeron nada.
Es cierto que habían pasado 24 días desde el comienzo del conflicto y quizá se les estaban agotando las reservas. O hacía mucho frío. Pero no, era demasiado rápida la retirada. Cuando te encuentras en estado de inferioridad por falta de recursos, recurres a estratagemas psicológicas, se van unos cuantos, se quedan otros tantos, y así hasta que se hace demostración de una vigencia que se pueda interpretar como una superioridad aunque sea ficticia. Algo como Hamas. Pegas gritos y te manifiestas aun cuando ya no queda nada esperando que la gente se dejará embaucar por las palabras y no considerará la evidencia.
Estos se fueron muy a la chita callando y demasiado deprisa. Habrían conseguido su objetivo? El desmantelamiento de las bases, lo cual ya parecía haberse conseguido antes y la desarticulación de Hamas? Cómo hacer desaparecer Hamas que cuenta con 25.000 hombres, cuando solo unos cuantos han fallecido en la contienda? Capturando al lider, me dije.
Es una posibilidad. Pero tampoco lo dijeron. Y por qué no lo dijeran? Porque no les interesase. Es decir? Que les conviene que se piense que Hamas está vivo para saber quién anda detrás? Puede ser.
Además eso de los ‘unos cuantos tanques’ parecía casi un descuido. No se dejaba un escuadrón, o como se llame, en todo caso una unidad de algún tipo, que siempre da la impresión de mucha seriedad y determinación. No. Eran unos cuantos tanques asi de cualquier manera y negligentemente.
A dónde saldrían tan corriendo? Algo han hecho, es una evidencia, algo incluso que no quisieran que se supiese en exceso, y yo concluí que habían terminado por dejar a un primo de Hamas en el lugar de Hamas, y Hamas se encontraba en algún seguro lugar.
No es tan difícil de pensar. Incluso horrorosamente fácil. Ni siquiera te hace falta mucho esfuerzo o dispositivo. Un par de túnicas, te montas sobre un carro militar israelí, pegas un par de gritos diciendo que eres un beduino de al lado que ha conseguido robarle un carro de esos a los enemigos y que se lo quieres presentar al jefe como regalo, y un par de horas más tarde, bajo pretexto de darle una vuelta, te lo llevas de nuevo detrás de las líneas sin que sospechen siquiera los mismos israelíes.
Es una simple cuestión de psicología.
Posible es, y entra de los que se pudiera considerar estrategia general del ejército israelí, siempre muy ducho en infiltraciones como probaron durante la guerra de los siete días.
Se pudiera decir que se me fue la imaginación porque no me convenía el final de la película, cuyos derechos cabía aun vender a Hollywood, pues eso de que tras 24 días de minuciosos esfuerzos por darle una coherencia al asunto, saliesen todos corriendo al final, no me parecía muy conveniente, y además no quedaba bien como conclusión.
O sea que cabía darle un pequeño aliciente aunque fuese imaginario.
Claro que tuvimos el tiempo, teniendo en consideración esos últimos elementos, de componer hasta una gran producción: no nos íbamos a quedar con el diario insulso de un reporte de televisión. No. Tuvimos que hacer de ello un escenario de envergadura internacional, y finalmente concluímos que, de acuerdo con la CIA, se preparaba un atentado contra el presidente de los EEUU el día de su investidura por Al Quaeda, y eso desde hacía tiempo, razón por la cual la señora Clinton desistió raudamente de sus pretensiones a la presidencia, cuando fue informada. Obama siguió, un tanto sorprendido.
La CIA, a través de altos mandos militares acordó a Israel la no negligente suma de algunos millones en diamantes y algún circón, para que bloquease lo que se sospechaba ser el centro de organización de cualquier actividad terrorista, es decir, Hamas. No por otra cosa, sino porque eran los únicos que fuesen localizables en algún lado, y ello antes de la investidura, no sea que fuese demasiado tarde, después.
Sin en exceso pretextar derecho internacional, cuyo exhaustiva lectura fue retomada un poco más tarde, Israel prepara la operación ‘lomo partido’ con alta discreción y sin evaluar correctamente el escándalo internacional que eso pudiese provocar. Explica muchas cosas: el silencio árabe, la distancia rusa, la ausencia china. Hay que saber guardar las apariencias aun cuando nos nutren opíparas cantidades de dólares, por lo que el gabinete político, del que nunca se fían los militares, por lo que apenas algunas explicaciones en algún desconocido idioma contando con muchas cifras y una perspectiva aterrorizadora de futuro habían llegado hasta sus oficinas, compuso casi yendo hacia atrás una adecuada presentación de los hechos, incluyendo el sabio respeto del protocolo que incluye la posibilidad de no saber nada de vez en cuando.
Una activa colaboración internacional (Rusia se sospechaba posibles cambios benignos para su propia situación en el caso en el que se evitase un magnicidio), conlleva finalmente la localización de la sede de Hamas y consiguientemente la captura del jefe.
Mientras Obama temblaba de frío y de la posibilidad de que alguna desgracia inspirada de Martin Luther King no le recayese, los israelíes cantaban secretamente victoria y se iban con su botín a otra parte. Se lo comunicaron a los americanos, que aun debían la segunda mitad, si consiguían el objetivo, quienes no sabían muy bien si créerselo o atribuirlo a una necesidad derivada de proveer el ejército con mantas y bebidas calientes. Inmediatamente los israelíes sospecharon que no les querían pagar la segunda mitad, y algunos furibundos gritos atravesaron los oceános. O sea que mandaron una foto escaneada con el jefe en deplorables condiciones y una bandera israelí pegada a la pared, como prueba definitiva, y no saliendo de su asombro los americanos, una enorme cantidad de alguna sustancia valiosa tomó el camino en un avión privado hacia Oriente Medio.
Muy felices todos, se les olvidó que nos dejaban sin el final de nuestra película, por lo que conviene raudamente ponerlos a todos en su sitio. Pues hay que pensar en todo. Y si la situación aunque a menor escala pudiese parecerse a la del final de la segunda guerra, con una aplastante victoria de aquellos que fueron agredidos, qué hubiera pasado si Rusia al llegar a Berlín, repentinamente hubiese retirado sus tropas, cual Huno cuyo lider muere precisando de un repliegue general para proceder a su entierro?
Desastrosa perspectiva y dando muy mal ejemplo, por mucho objetivo que se alcanzase. O sea, si no se quiere que mañana Alemania empiece a tirar petardos del otro lado de la frontera y espere que Rusia se retire como si nada hubiese pasado tras largas y pesadas operaciones militares, hagan el favor estos judíos de ordenar su retirada de modo más políticamente correcta aunque sea sin revelar excesivos datos.
Lógicamente ahora tienen que ir los de la política y construir una Bundesrepublik en esos lugares, retirarse al cabo de unos años, dejar algún Elvis Presley emerger de la situación general, y esperar a que algún milagro permita la reorganización política propia de los involucrados en tan bochornosa derrota. También hay que decirlo: es bochornosa la derrota y ahora tienen la culpa de todo, pasase lo que pasase, durante algún tiempo, para que del resquicio de mala conciencia que se abriese, aprendan a dejar de hacer perrerías, asi de cualquier manera.
Así son las cosas. Qué quiere decir eso de salir corriendo de cualquier manera sin claramente definir la situación. Dios. Qué falta de seriedad.
Bueno. Se lo perdonaremos porque tenemos mucha fantasía y podemos componer el final también, si hiciera falta, pero que no se vuelva a repetir.
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